sábado, 26 de enero de 2008

Segunda semana de exposiciones

Miércoles, 23 de enero y jueves, 24 de enero de 2008:

En la segunda tanda de exposiciones de los trabajos de grupo, varias ideas aparecen como claves de bóveda de las mismas, que se pueden amoldar a nuestro marco de estudio (Mercosur):

-En primer lugar, la dependencia de buena parte de la población respecto a las formas de economía informal. Más concretamente, la influencia que tiene el narcotráfico y el tráfico de armas en el desarrollo económico de los Estados, tanto a nivel interno (respecto al clientelismo local-nacional que puede sugerir, así como las distintas lealtades de diferente orden) como, sobre todo, externo (puesto que condicionan las relaciones internacionales y las estructuras institucionales de los Estados): esencialmente, en lo que se refiere a un desarrollo autóctono, el clientelismo político que puede generar estas formas de terrorismo (¿como tipo de guerra asimétrica, que diría Verstrynge? o es realmente otra forma de expropiación en la que el tipo de terrorismo es esencial para distinguir si nos referimos a una forma de explotación alternativa?) supone una lealtad alternativa y excluyente respecto al Estado, condicionando en buena medida las oportunidades y elecciones de crecimiento y sostenibilidad económica de los mismos (por ejemplo, en Mercosur, tanto por la "corrupción" existente como por la vulnerabilidad a determinados cárteles de droga, tampoco nada nuevo en lo que se refiere a poderes "alternativos" de los señores de la guerra/narcotráfico).

-Por otra parte, la intensa relación existente entre extensión geográfica y asimetrías regionales; en los dos trabajos sobre China, además de las particularidades propias (uno más "cultural", el otro más "económico"), las contradicciones estructurales que se producen recuerdan muy mucho al Mercado común del Sur: desigualdades monstruosas por ámbitos rurales/urbanos (tanto en el marco regional como, especialmente, en Brasil), y especialmente por el liderazgo económico de que disponen las zonas costeras/ribereñas (en ambas costas este, tanto de China como de Brasil, aunque también algo Argentina y Uruguay en torno al Río de la Plata), conflictos de clases entre las emergentes (que disponen de las ventajas tecnológicas) y el capitalismo regional/nacional, lo que llamaba especialmente la atención en el caso de la "Geopolítica del petróleo", puesto que existían conexiones empresario-estatales de especial incidencia.

-En tercer lugar, la paradójica posición del Estado en el desarrollo económico: por una parte, vemos como la dependencia energética creciente conlleva el alineamiento de posturas estatales y empresariales (por ejemplo, respecto a la estabilidad económica pretendida a base de estabilidad petrolífera), lo que nos recuerda bastante al "ensamblaje" entre Estados y Grupos Económicos al que nos referíamos en la exposición (y el condicionamiento de los precios de los recursos energéticos a las multinacionales). Por otro lado, que el control monopolístico de los recursos llevaba de forma lineal una salida al estancamiento, en forma de márketing, militarizaciones, salida al capital financiero y formas de imperialismo [por ejemplo, EEUU debido a su dependencia de "oro negro", pero también Brasil en el ámbito Mercosur]. Por último, la dependencia de los recursos exteriores conmina, muchas veces, a los Estados a emprender fórmulas de integración regional o "supra-estatal", pero en la mayoría de los casos esas integraciones son débiles (lo vimos con Mercosur y lo volvieron a reflejar las compañeras con ASEAN), dando más importancia a las relaciones bilaterales y al "oportunismo" de la integración. En todo caso, que la dependencia de ésta sea en función del "clientelismo" del Estado obedece a la lógica Estado-economía mundial a que impele cada desarrollo autóctono; si de ahí se deriva una forma de "capitalismo solidario" (como decía algún compañero respecto a Asean) o una geopolítica de contención, los procesos internos, regionales y globales determinarán hacia qué lado se mueve el fiel de la balanza. Pero, no debemos olvidarlo, estas relaciones sociales no son sólo las "formales o institucionales", sino mayoritariamente las "informales"; sea el narcotráfico o los foros alternativos sociales de que presume Mercosur. Hasta luego, gente.

viernes, 18 de enero de 2008

Primera semana de exposiciones

Miércoles, 16 de enero de 2008

Antes de exponer nuestro trabajo de investigación (Mercosur), unos compañeros han mostrado una investigación social acerca de la Inversión extranjera directa como factor clave del desarrollo autónomo en ámbitos en vías de desarrollo. Respecto a nuestro trabajo, es interesante ver cómo la diversificación productiva por zonas geográficas crea un diferencial estructural en lo que Harvey llama "geografías del capital" (por ejemplo, Alemania respecto a Brasil, lo que explica en parte la ventaja tecnológica comparativa de éste respecto al resto de Estados miembros de Mercosur). También explicaron por qué la escasez de capitales en algunos países determinan no sólo su crecimiento, sino también la atracción de más IED (que también explicamos en nuestra investigación, respecto a todos los ámbitos y sobre todo por las asimetrías geográficas creadas). En otro orden de cosas, se habló del medio ambiente como factor estratégico del desarrollo capitalista, no sólo por la adaptación de que es capaz el sistema, sino también por la dependencia que en nuestro marco de estudio tienen los países respecto a los recursos naturales, creando un círculo vicioso en el que la dependencia del desarrollo choca con la necesidad de protección medioambiental, esto es, la hipocresía de las clases privilegiadas reclamando compensación ecológica justo en el momento en que otros dependen de esa "contaminación" para sobrevivir. Aquí jugarían dos factores, también presentes en todo el sistema-mundo: lo que los compañeros han denominado "eco-imperialismo", por un lado, y el dumping ecológico (y social), por otro.
La deslocalización empresarial (y las regulaciones insuficientes) han llevado también al conflicto por los recursos no renovables y las alternativas renovables, lo que nos lleva directamente a uno de los temas expuestos al día siguiente, el de la energía mundial.

Jueves, 17 de enero de 2008

Fundamentalmente, en lo que se refiere a nuestro ámbito, América Latina detenta un 8.5 % de las reservas de petróleo mundial, y un 4% del gas natural, lo que explica la relación de intercambio desigual (y de dependencia) entre el centro (que necesita esos recursos energéticos) y la periferia-semiperiferia latinoamericana (que, o bien los transfiere por necesidad, o pretende monopolizar ahora los recursos). La reformulación de los recursos energéticos a nivel mundial pone de manifiesto que el giro adoptado en América Latina, con Estados en auge por el control de sus propios recursos, entrará en conflicto con la necesidad energética del Centro de la economía-mundial por aquéllos; y, en el plano interno, supone la diatriba entre aquéllos partidarios de nuevas fuentes de energía (como los biocombustibles en Brasil, y en parte en Argentina), y los que pretenden explotar sus propias fuentes (caso exiguo el de Paraguay y sobre todo Venezuela). Más aún, en último término no sabemos si lo que conlleva es un conflicto o si, de ser capaces de llevar a cabo una mínima integración político-jurídica, Mercosur puede convertirse en una fuente alternativa y muy cuantiosa de energía en el ámbito de la economía-mundo capitalista.
Por último, la otra exposición versaba sobre la "Deslocalización" (de proximidad y de lejanía), como división del proceso productivo en cuanto diversificación e integración en la economía mundial. A lo que a nuestro sujeto de observación se refiere, la deslocalización es de lejanía, puesto que lo que se busca es una eficiencia económica directa e inmediata, mediante los bajos costes salariales (aunque sólo sea posible si se tiene tecnología, de ahí que la deslocalización sea industrial). Respecto a MERCOSUR, como el resto de las organizaciones económicas mundiales, instaban al fomento de la deslocalización industrial, agravando la situación de dependencia de los países en vías de desarrollo, lo que confimaba nuestra tesis de desarrollo económico desigual o regionalismo abierto y asimétrico (favorable a Brasil), como factor de "proteccionismo liberal" al desarrollo de mercados ya estructurados y concentrados. Más allá de las regulaciones privatizadoras o la creación de infraestructuras comerciales, el peligro de las deslocalizaciones con todo el "expolio de recursos" que para los países en ciernes de desarrollo económico autárquico o regional supone el intercambio desigual, está presente en todo el proceso globalizador (hegemónico). Un poco pesimista, lo sabemos, pero es lo que hay. Un proceso de globalización imperial que contiene en sí ese germen contradictorio de la acumulación incesante (y el beneficio egoísta), cada vez a más corto plazo, y el deseo de cierto crecimiento interno que permita unas mínimas condiciones de bienestar autogenerado. Veremos las próximas exposiciones.

lunes, 14 de enero de 2008

Eliminar la regresión

En un contexto histórico en el que la moda es la eliminación de lo público, especialmente la mínima protección social que puede proporcionar el (erosionado) Estado de Bienestar, las reformas fiscales aparecen como lo más "cool" en cuestiones electoralistas. Más allá de promesas imposibles de satisfacer (bueno, imposibles no, lo que pasa es que tampoco se miente. Se evita la verdad. Es decir, las promesas serán satisfechas...dotando de los mismos servicios, o menos, pero con mucha más demanda. Infame), allende los cientos de miles de pisos y aumentos de pensiones que se producirán de aquí hasta el próximo 7 de marzo (último día de campaña), en fin, una serie de disparates económicos que no se lo pueden creer ni quienes lo afirman, me sigue viniendo a la mente la cuestión de los impuestos indirectos... Seguro que habrá quienes critiquen que en medio de esta moda de "rebajas fiscales", verán con malos ojos la compensación de impuestos directos. Pensando en el trabajo (Mercosur, de próxima exposición, vaya nervios!!), vimos que el Estado emergente del bloque, Brasil, mantuvo (y detenta, aún) un control amplio, no sólo sobre la producción y la diversificación de la misma, sino también en el control de impuestos. Se innovó tecnológicamente y se consiguió una estructura económica imponente; una adecuación "perfecta" (perfecta en ese momento) del Estado a lo que requería en ese momento la economía mundial. ¿Por qué seguir la ola de recorte fiscal, si parece que la recesión nos va a dar "mucha risa", independientemente de los impuestos? ¿Se podrá innovar?
Bien, partamos de dos premisas: la primera es que la deslocalización no es tan "automática" (los ámbitos no son los mismos, ni en la producción, su distribución y, por supuesto, la venta y acumulación capitalista). La segunda es que las empresas no se van porque se endurezcan los impuestos, sino que son las reformas erosivas de éstos las que permiten su fuga: parece una tontería pero no lo es tanto, porque este es uno de los "aditivos" que acompañan la "inevitable" globalización. La tendencia es reducir el sistema impositivo directo hasta la extenuación, con consecuencias importantes (y, si no, que se lo pregunten a los alemanes, por ejemplo). Especialmente, el IRPF y el Impuesto de Sociedades están siendo suprimidos (de forma deleznable, cuya justificación no se sostiene ni siquiera "frente a la globalización"), pero, obviamente se mantienen impuestos indirectos. ¿Por qué no darle la vuelta? Me gustaría que esto fuera, sobre todo, una visión de redistribución y justicia social, pero no es sólo eso: digamos, eliminar los impuestos indirectos, o al menos, rebajarlos, compensados con una subida (sí, no estoy loco) de los directos. ¿Por qué? Pues, en primer lugar por justicia social (no hay más que decir). En segundo, porque la eliminación de impuestos indirectos aparecería compensada (en las arcas públicas) por los directos, y una supresión de aquéllos supondría, en teoría (en la misma teoría que tanto gusta a "los expertos"), un aumento del poder adquisitivo de los consumidores privados, es decir: el aumento del consumo reactivaría la economía igualmente, y hay que tener en cuenta que no todo lo que las empresas revierten al consumidor es lo que hay que pagar previamente. El consumo podría subir, la reactivación económica también, y las mismas empresas que tanto "lloran" verían aumentados sus ingresos por ventas (con lo que no podría argüirse contra la subida de impuestos directos): creo que esa inversión de recaudación tendría importantes consecuencias en el desarrollo económico (obviamente, tendría que acompañarse con modelos productivos, porque si no, pan para hoy y hambre...), y más ante la previsible (y galopante, parece) recesión que se nos avecina. Por supuesto, ni que decir tiene que de una vez el sistema impositivo sería más justo y un poco redistributivo de verdad, no la "cosa rara" regresiva y falsificada que campa a sus anchas por los Estados...Estados cómplices de ello...es solo una propuesta. Salud.

martes, 1 de enero de 2008

Proteccionismo empresarial

Históricamente, el proteccionismo fue la manera en que los Estados se "cerraban", o, mejor dicho, se abrían "blindando" su crecimiento a la economía mundial. Pero era algo consustancial a un desarrollo autóctono conjunto, es decir, mercantilismo estatal para desarrollar sus economías, dentro de cierta cohesión social interna. En el marco analítico de los sistemas-mundo, el mercantilismo ha sido, y es, corriente paralela en todos los Estados emergentes, "aspirantes" o no al centro, su cohesión interna dependiente y más o menos garantizada por los procesos de intercambio desigual en los que entraban con la periferia [también los que sufrían a partir del centro]. A día de hoy, se está acudiendo a los fondos soberanos para paliar la hecatombe financiera ocasionada por el derrumbe de las hipotecas-riesgo en EEUU, fondos que también se ven engrosados por las inversiones de los Estados emergentes, y, según algunos analistas y "expertos" de la economía, ello ocasionará una ola de proteccionismo. Está claro, éste ha sido una forma de desarrollar la economía-mundo capitalista, paliada en más o menos medida por la "escala ideológica" del Estado-nación. Lo que está sucediendo ahora es distinto: se están utilizando los fondos soberanos para relanzar las economías en escala "glocal", no como una reacción o detracción del efecto mundializador (es coherente con la lógica S-M), sino como una extracción de plusvalía "relanzada" y "ofrecida" en crudo al capitalismo mundial. Por otra parte, los Estados emergentes sufragan estos gastos, excedente que han obtenido en abundancia merced, sobre todo, a sus modos de producción "proteccionistas"; es decir, en estos momentos detentan tal nivel de potestad para la continuidad del centro que la dinámica podría invertirse antes de lo previsto, y lo más paradójico del caso es que se está provocando por el mismo "desarrollo". En lugar de repliegue y asumir dinámicas de los que ahora dependen, aprovechan sus fondos como "último asidero" de plataforma capitalista, pero subordinados al excedente de aquéllos. ¿Acaso no han servido cuarenta años de experiencia para demostrar la superioridad a largo plazo de los Estados "aspirantes"? ¿O es tan sólo que las deslocalizaciones parciales, reproducidas ahora en forma glocal, está teniendo lugar de forma, ya autóctona, ya mundializada, y son "parches" coyunturales del sistema? En fin, mientras los fondos soberanos (extraídos de los recursos naturales del propio entorno) son engarzados para una turbocompresión mundial de las transnacionales, ello depende de los Estados emergentes y, no se olvide, RIVALES en el marco de la economía mundial. Pero eso no es proteccionismo; es "transnacionalcorporativismo". Cuando en el período de entreguerras se ponía la maquinaria del Estado al servicio del capitalismo, en modo paralelo al recorte de derechos y libertades en lógica de "gran hermano" (como ahora), el modelo se llamaba fascismo...¿Fascismo internacionalizado?