martes, 25 de diciembre de 2007

Navidad, navidad...amarga y cruel

En medio de discursos más propios de épocas pasadas (más que nada por las referencias excesivas a una España unitaria, la familia, la tradición española y la grandeza de la nación, sin una sóla crítica...infame), celebramos los anteriores ritos con unas fiestas cargadas de contradicción y desenfreno. El (supuesto) nacimiento de un niño pobre es sustituído, desde la misma lógica religiosa, por el becerro de oro del consumo...mientras, en la calle se siguen muriendo (por supuesto) de hambre cada vez más PERSONAS. Somos relaciones sociales, pero el dolor, el trabajo y la (mínima) razón dan pie por unas horas a la zambomba y a la espuma de los líquidos elementos. Comemos y bebemos sin tino, llenando las panzas como seres que nunca hubiesen comido y eso simplemente por celebrar la...navidad? Fiestas desmedidas (creo que nunca hay una época del año en que se desperdicien más recursos energéticos, alimentos, etc.), una falsedad que ralla la esquizofrenia (¿qué impele a reunirse con quienes no se soportan en el resto del año?), y la carencia de indiferencia para nosotros y con la opresión...Claro, con tanto discurso de "grandeza" y con tanta propinas de un euro, supuesto reflejo de la "progresión económica" del país (como sabemos, falso), nos hartamos con menos culpa...o con ninguna, de forma paralela a cantos como "nosotros no tenemos la culpa". Pues sí, si tenemos la culpa de la miseria de los demás. TODOS tenemos parte, y lo más paradójico es que muchos criticamos la Navidad, pero luego somos los mism@s quienes la reproducimos y engrandecemos anualmente. Conforme pasan los años, no sé si por la edad o el desencanto, tenemos que esforzarnos por poner algo de ilusión en este período que cada vez comienza antes (en breve tendremos el bombardeo de navidad en agosto). Reacción (primero el Rey, después el Papa), tradición aliñada con capitalismo-consumismo extremo, falsedad y contradicciones...Y todo en una época histórica en la que se repiten no sólo las características estructurales del período de entreguerras: la súper estructura responde a aquélla con rococó, surrealismo, privación relativa, incremento de las ideologías totalizantes, pulsión de muerte en aumento (que diría J. C. Monedero)...yo no sé si esto estallará al modo de las guerras mundiales. No sé si con tanta contradicción lo mejor sería irse al campo (¿dónde ir, dónde buscar, dónde parad el mundo que me quiero bajar?) o hacer como si no pasara nada, entrar al juego (ya estamos en él) hasta en la hegemonía y bajar los ojos y tirar del carro...obviamente, no tengo ninguna respuesta, aunque sí muchas cuestiones...¿por dónde estallará (si es que lo hace)? ¿qué consecuencias sufriremos a este ritmo? (que ya se están viendo) No puedo contestar, sólo decir que no me gusta...y a pesar de ello, para seguir aprendiendo, vamos a tener que esperar a que terminen las fiestas, porque el tiempo se para en esta tregua de exacerbada sumisión...aunque, claro, las bombas siguen cayendo. Feliz...no sé.

sábado, 15 de diciembre de 2007

Teoría del desarrollo capitalista

Teoría del desarrollo capitalista (Paul M. Sweezy)-grupo de trabajo (Jorge Resina, Verónica González, Sandra Durán y Pedro Limón)

Introducción

Siendo la sociedad un [todo complejo, compuesto] número de individuos cuyas relaciones precisas determinan la forma de aquélla, la economía política no puede desdeñar el elemento social inmanente al análisis histórico, añadiendo el carácter determinante de las relaciones sociales como una variable dependiente más, lo cual es, en tanto que ciencia e histórica, falso: no considerar las relaciones sociales dentro de su condición como formas históricas y como núcleo de la indagación científica [o, si se usan, se añaden como elementos supletorios y renombrados], algo común en la economía política moderna, no puede terminar de configurarse como ciencia económica “real”. Para depurar la investigación científica de elementos “circunstanciales” o trascendentales, acerquémonos a Marx…

I. VALOR Y PLUSVALÍA

El método: uso de la abstracción

a) Aproximaciones sucesivas: el método permite pasar de lo más abstracto a lo más concreto, utilizando el materialismo científico como forma de conocimiento de los elementos que se abstraen. De la abstracción concreta de esos elementos se puede pasar a lo más específico y, a la inversa, vincular los procesos más singulares a los más generales, en su síntesis coherente. El uso de la abstracción es, por tanto, el proceso de aislamiento y reducción de las variables intensamente investigadas; es decir, se abstraen primero los elementos considerados esenciales para, mediante el ejercicio del materialismo (penetrando en su naturaleza intrínseca), conocer toda la estructura de esa totalidad. Evidentemente, ello conlleva varias dificultades:

-En primer lugar, determinar qué cuestión se examina y cuáles son sus elementos esenciales y, como consecuencia lógica, establecer para qué se pone de relieve lo esencial, haciendo posible su análisis[1].
-¿Cómo pueden reconocerse los aspectos esenciales? Marx desarrolló la abstracción a partir del cambio mediante fuerzas opuestas, a través de la combinación entre la dialéctica hegeliana y el materialismo histórico. Puesto que los conflictos históricos dentro de su clave analítica, su elemento de abstracción [el modo de producción], eran los de clases, las relaciones económicas esenciales son las que están bajo esa expresión del modo de producción, las relaciones sociales resultantes del choque entre esas fuerzas, expresadas en la forma de conflictos de clase, abstrayéndose éstos últimos. A su vez, la lógica de abstracción impele a examinar y dictaminar cuáles son los conflictos de clases importantes: puesto que el modo de producción es la expresión del cambio social, por ende primera abstracción y punto de arranque de la investigación [“el capital es la fuerza que todo lo domina en la sociedad burguesa”], el modo de producción capitalista deviene conflicto de clases entre el capital (burguesía) y el trabajo (proletariado). La lucha entre capitalistas y obreros es el centro de la investigación, y esta es la variable que hay que abstraer para purificarlo y, materialmente, aprehenderlo.
-¿Cómo se abstrae la variable considerada esencial? En este caso, como proceso de aislamiento y concreción, se procederá a la exclusión inicial del resto de relaciones sociales [de producción], introducidas posteriormente. Se reducen las formas más importantes, consideradas en relación a las características y tendencias estructurales de la “totalidad social”, el tipo de relaciones tendentes al cambio social [de ahí la insistencia de Marx respecto a las mercancías, en cuanto objeto relacional de cambio y, de forma inherente, expresión de las relaciones sociales entre las dos clases esenciales consideradas].

b) Crítica y validez relativa de las variables: tanto la crítica como la renovación y depuración científica-metodológica de las variables susceptibles de abstracción hay que hacerlas siempre considerando el nivel de abstracción de éstas. Si la crítica es correcta, el examen deberá preguntarse, por un lado, si las cuestiones se hacen con la debida consideración del problema estudiado. Además, se hace necesario analizar si las mismas eliminan los elementos no esenciales [es decir, abstraen mejor la variable abstraída] y si no destruyen los esenciales, lo cual es una consecuencia lógica del propio método de la abstracción. Porque la pretensión de ésta es estimar las variables esenciales que se han de aislar, esencialidad que no consiste sino en que aquellas configuren todo el procedimiento de abstracción posterior (con los elementos más particulares) y que sean las realmente esenciales, esto es, depuradas de aspectos no esenciales. Sin embargo, si las variables no son esenciales o la crítica elimina las mismas, el proceso de abstracción sería incorrecto o inútil.

c) El carácter histórico: la realidad social es inherente al proceso de cambio dado a partir de las relaciones sociales que la configuran. Es una realidad que remite a la acción humana y que, de forma limitada, admite su intervención, lo que conlleva:

-Que la ciencia social no puede sino tener una actitud histórica, ya que todo el proceso social es inmanente, incluida (o especialmente) la ciencia, lo cual dirige su mismo posicionamiento hacia una actitud crítica ante toda forma social, puesto que es histórica. Pero también, la inmersión e interpretación de los hechos en un contexto histórico mundial, superior a los “todos sociales”, sobre todo la investigación referida al modo de producción capitalista (por histórico y tendente a la adaptación y transformación superadora de los procesos sociales).

-Que, siendo inherente al cambio sistémico y dependiendo éste de la acción humana, la actitud crítica no sólo es posible (racional o lógica) intelectualmente sino moralmente significativa y relevante en la acción práctica, al permitir “salirse y hacer ciencia fuera del sistema pero considerando su inmanencia”, incluida [o más sensible a su percepción] la investigación científica.

II. El problema del valor

Inicialmente, la variable abstraída y considerada como relevante, dentro del conflicto (y relaciones sociales) de clase son las mercancías, ya que “todo se produce para el cambio, implica la relación social de cambio y la expresión [oculta] del conflicto de clases”. En este sentido, Marx hereda la tradición de la Teoría clásica, aunque dentro de su proceso de abstracción: no existe determinismo entre el cambio (de mercancías) y la división especializada del trabajo [como consideraba Smith], ya que la producción de mercancías es algo histórico y sujeta a la investigación científico-contextual, concluyéndose que es posterior a la división del trabajo. Efectivamente, existe relación entre la producción de mercancías y la división del trabajo, pero ambos elementos forman parte de un todo, unas relaciones sociales de producción inherentes a la producción e intercambio de mercancías y en la división del trabajo.

a) Valor de uso y valor de cambio: el valor de uso es, dentro de la inmanencia histórica, despreciable, como utilidad perenne o el valor asignado a la utilidad que, en sí mismo, tiene el objeto. Otra cosa es el valor de cambio. Dado que las mercancías se destinan a ello, es lo esencial porque es lo que supone la expresión de las relaciones sociales entre productos del trabajo humano en una sociedad basada en la división del trabajo, en la que los productores trabajan privada e independientemente para la relación de cambio; es decir, trabajan los unos para los otros puesto que el valor de cambio es sólo la expresión exterior de una relación social, lo que impele al intercambio plural de mercancías. Sin embargo, esa distinción entre valor de uso (como rasgo universal extratemporal) y “valor” se remite a una forma histórica específica de sociedad que se distingue por una división del trabajo desarrollada y la producción privada de las mercancías, de lo que se sigue que el valor es una relación entre productores en un sistema determinado de división del trabajo y, como conclusión, que es el trabajo lo que da y aumenta el valor.

b) Trabajo y valor: se vuelve a distinguir entre trabajo útil (vinculado al valor de uso) y el trabajo [abstracto] como “gasto de fuerza humana de trabajo” o fuerza de trabajo como sustancia del valor, puesto que éste se ancla a esa división del trabajo que, siendo desigual, restará mayor o menor fuerza humana y, por ende, dará uno u otro valor. El trabajo abstracto es tal porque Marx considera “lo común a toda actividad humana productiva”, abstracción que:

-Es parte de la esencia del capitalismo, ya que es el modo histórico de producción en el que se produce mayor movilidad del trabajo [por lo tanto, no es tan “raro” no especificar las actividades específicas].
-Además del desarrollo de las fuerzas sociales de trabajo, es del volumen total de trabajo [abstracto] de lo que dependen las potencialidades productivas de la sociedad, de lo que se infiere que, tras sus especificidades, la totalidad de la fuerza de trabajo social es susceptible de transformación conforme a las necesidades sociales, punto de inflexión de la riqueza social [de ahí que también la movilidad de trabajo sea exponencialmente superlativa respecto a otros modos históricos de producción].

Por último, existe una relación cuantitativa y cualitativa en la Teoría del valor porque toda mercancía extrae parte de la fuerza de trabajo disponible para la sociedad, parte del trabajo abstracto materializado, y la magnitud del valor expresa la conexión que existe entre cierto artículo y la parte del tiempo total de trabajo de la sociedad que se requiere para producirlo. Es decir, las mercancías, como relación social de cambio, derivan su valor del trabajo sustraído a la fuerza social total, y no de su naturaleza material[2].

c) Al respecto, Marx alude al carácter fetichista de las mercancías, ya que se produce una materialización ideológica de las relaciones sociales, con las consiguientes implicaciones:

-Sólo cuando la producción de mercancías es masiva y difusa, dominando la vida de la sociedad, cuando el proceso de producción domina al hombre [responsable de éste], la materialización de esas relaciones sociales adquiere relevancia. Cuando el mundo de las mercancías se “independiza”, el orden social se relega a una segunda naturaleza externa, tanto más perversión del conocimiento científico cuanto más se convierte en una asunción ideológica: lo formal, las “relaciones entre las cosas”, sustituyen a lo esencial, la realidad de las relaciones sociales de que dependen.
-Se produce una consideración natural del orden económico, de manera impersonal en lugar de considerar la acción social consciente, suponiendo el carácter “inevitable e irreversible” de las categorías analíticas exclusivas del capitalismo respecto a todo modo de producción (se ignora su carácter histórico), convirtiéndose la naturaleza histórica del sistema en trascendencia. Además, se atribuye un poder “independiente a las cosas” como alienación de las relaciones sociales y como culminación de la materialización de éstas.
La perversión ideológica de naturalizar (personalizar) la materia consiste en que, bajo la aparente igualdad y libertad, y considerando el “valor intrínseco” de las cosas, se produce una enajenación de la fuerza de trabajo, en lugar de considerar la naturaleza de explotación inherente a dicha relación social de producción.

La conclusión fetichista de las mercancías, producto de la racionalidad económica moderna, supone la primera contradicción esencial del modo de producción capitalista [y el primer paso en la explicitación del materialismo dialéctico sobre el sistema capitalista]: se produce una intensa racionalización de los procesos parciales de forma paralela a la creciente irracionalidad del funcionamiento del sistema como un todo[3].

III. EL PROBLEMA DEL VALOR CUALITATIVO

El primer paso
En toda sociedad es esencial que el trabajo se destine a la producción y que los productos se distribuyan en la sociedad. Lo que cambia en la Historia es el modo de organización de la producción y la distribución de la misma.

El valor de cambio es así un aspecto de las leyes que gobiernan la asignación de la actividad productiva en una sociedad productora de mercancías [cuya naturaleza, en términos cuantitativos, se sometería a la teoría del valor cuantitativo]: el punto de arranque de la nueva economía política (lo cual es coherente con todo el esquema anterior. Sweezy muestra que lo que se producen en realidad son relaciones sociales de producción y, por tanto, son esos valores relacionales de cambio lo que las distinguen).
Puesto que las mercancías se cambian unas por otras en proporciones precisas, y absorben cierta cantidad de la fuerza total de trabajo disponible en la sociedad, lo esencial es averiguar dicha relación, considerando: que el valor está determinado por la cantidad de trabajo socialmente necesario, y que el trabajo calificado tiene más valor que el trabajo medio o simple, bien por habilidad innata, bien por un entrenamiento superior[4]. Entonces, ¿qué condiciones son necesarias para asimilar la proporción del valor de cambio a la proporción del tiempo de trabajo?
En primer lugar, para Sweezy deben existir los deseos y posibilidades de competir libremente por cualquier ventaja que suponga el cambio en la cadena productiva, de tal que ese papel pudiera asumirse por la competencia, sólo en el caso de que el precio de la mercancía (en este caso, fuerza de trabajo) fuera proporcional a tiempo de trabajo para producirla, algo que sólo sucedería cuando la oferta y la demanda estuvieran equilibradas: ahí, y sólo ahí, el precio de la mercancía coincide con su valor real.
Frente a la tentación de situar la demanda en primer plano (por su relación sobre el coste relativo y su intensidad) y sobre todo, por la cantidad de trabajo socialmente necesaria, hay que estimar que la demanda de mercado está determinada por la estructura de clases, lo cual conllevaría una esencialidad mayor de abstracción de ésta, en lugar de la demanda de mercado. Porque, en la misma línea, consideraría susceptibles de abstracción las que se vinculan al cambio social y económico, al factor dinámico que opera en el desarrollo histórico, esto es, el modo de producción: éste es el que suministra material al consumo, determina su modo, crea la estructura de clases y la distribución de mercancías, y con ellos, los salarios.

Ley del valor y precios de mercancías

La ley del valor resume las fuerzas actuantes en una sociedad productora de mercancías que regula las proporciones de cambio de éstas, la cantidad a producir de cada una y la asignación de la fuerza de trabajo a cada una de las ramas de la producción: esto es, es una teoría del equilibrio general que explica cómo existe ese “orden” en dicha sociedad productora de mercancías, así cómo se establecen los precios de producción y los valores de las distintas mercancías: “cada uno de los capitalistas individuales procura vender su mercancía tan cara como sea posible (…), ejerciendo su influencia la ley del valor para mantener el equilibrio social de la producción” [El capital, vol. III].
Esto es, que la ley del valor actúa sobre los precios de las mercancías, pero no de modo intencional o consciente: en este punto, la planificación económica la sustituiría.

Mención aparte merecen los precios de monopolio. Bien es cierto que, dado que se controla la oferta, pueden aprovecharse las condiciones de la demanda para establecer las cantidades y los precios de forma distinta a lo que regiría bajo la ley del valor; pero lo que modifica son las relaciones de valor cuantitativo (precios, demanda, cantidad de producción e incluso salarios), pero no puede cambiar las relaciones de valor cualitativo: las relaciones sociales de las mercancías producidas siguen sujetas a una organización de la producción a través de productores individuales [aunque sean “menos”, al menos en ese sector productivo], y, además, cada mercancía consiste en la parte extraída de la fuerza total de la sociedad: es decir, que si esos preceptos se cumplen, la dimensión cualitativa seguiría correspondiendo a relaciones sociales de explotación/expropiación de plusvalía[5].

IV. PLUSVALÍA

Al contrario de lo “interiorizado”, la producción de mercancías no implica la construcción de un modo de producción capitalista. Antes al contrario, la diferencia del sistema capitalista es que se caracteriza porque funciona como un circuito (definido por Sweezy como D-M-D´) en el cual la acumulación de plusvalía de forma constante. No se persigue la obtención de mercancías como fin, sino la plusvalía (más adelante, ganancia) constante. Las relaciones sociales que se generan son entre propietarios y no propietarios, sujetas a la venta libre de capital y trabajo; la plusvalía es el ingreso directo del capitalista y, debido a las condiciones históricas del capital, conforma su incentivo y fin constante: un proceso incesante creador de consciencia subjetiva en el capitalista: es decir, la plusvalía (su obtención) es la fuerza impulsora del movimiento inicial y, posteriormente, de la dinámica incesante, pero también la consciencia motriz del capitalista [no puede seguir siendo tal si no obtiene plusvalías mayores cada vez, y por supuesto más altas que el capital invertido anteriormente]
Así pues, dado que el valor fuerza de trabajo se reduce al de una cantidad de mercancías, el origen de la plusvalía puede encontrarse en el trabajo. ¿Por qué? Porque el obrero es remunerado en función del trabajo necesario para la subsistencia; pero produce también un trabajo excedente, cual es apropiado en forma de plusvalía. Esto es, lo que añade valor de cambio a las mercancías es la adición de trabajo excedente, sometido a un círculo incesante[6].

Componentes del valor, plusvalías y tasa de ganancia

Bien, el valor total está formado por el capital constante (valor de los materiales y la maquinaria), el capital variable (salarios vinculados a la producción de trabajo necesario y excedente) y la plusvalía. La tasa de plusvalía, por tanto, se extrae del cociente de plusvalía (trabajo excedente-trabajo necesario)/capital variable: p´=p/v.
Mostrar la fórmula no es sólo por copiar a Sweezy. Constituye la explicación (demostración en el libro, páginas 78 y siguientes) de que la tasa de plusvalía se determine por la jornada de trabajo, la cantidad de mercancías y la productividad de trabajo que entra en el salario real. Aunque coincidiría numéricamente con la tasa de explotación, la plusvalía distingue al capitalismo, y solo a él; es decir, que para extraer la plusvalía tendrían que darse una fuerza de trabajo móvil y que la totalidad de la producción industrial empleara la cantidad de trabajo socialmente necesaria “en las circunstancias existentes”. Siendo esto así, existen dos tipos de plusvalía: la absoluta, que se infiere de un incremento en la jornada de trabajo real, y la relativa, que se extraería de incrementar la productividad y/o rebajar los salarios reales. Al respecto, podríamos decir que, en las condiciones actuales del modo capitalista de producción, se estaría produciendo un aumento doble: un aumento de la jornada de trabajo pero sin aumentar (o reduciendo) los salarios reales, con lo que confluirían ambas formas de plusvalía[7].
En cuanto al resto de variables, baste decir aquí que, por la importancia que se dan a ambos factores posteriormente, hay que señalar: la composición orgánica del capital (es decir, la relación que existe entre “c” y el capital total, “C+V”), que viene determinado por la tasa de salarios reales, el nivel común de técnica, la producción de trabajo y la amplitud de la acumulación originaria de capital.
Por otro lado, la raison d´être del capitalismo, la tasa de ganacia, que vendría dada por la relación entre la plusvalía y la suma del capital (C+V). Esto es lo mismo que decir que la tasa de ganancia resultaría de multiplicar la tasa de plusvalía (p´) por la resta entre 1-composición orgánica del capital. Lo que se concluye es que, siendo la composición orgánica del capital la misma en todas partes (al determinarse la tasa de ganancia capitalista por períodos determinados), lo que varían son las tasas de plusvalía y de ganancia, corroborando que toda relación de intercambio viene determinada por la teoría de la ley del valor [posteriormente veremos que la mercancía fuerza de trabajo es diferente].

Capítulo 5. Acumulación y ejército de reserva del trabajo.

El primer paso a seguir para conseguir entender el concepto de acumulación es clarificar y exponer en qué consiste un plan de reproducción; para ello, debemos dividir entre producción e ingresos. La primera distingue entre la producción total de medios de producción y el total de los artículos de consumo (es lo que vendría a ser el consumo total), mientras que los ingresos se diferencian entre los gastos en los medios de producción, las plusvalías y los salarios (esto es, la demanda). Se debe destacar, además, que en una situación de equilibrio, balancean. Sweezy, por su parte, se muestra preocupado por la interrelación entre unas y otras variables (oferta y demanda) para conseguir el equilibrio. Sin embargo, el plan de reproducción no explica esto, por lo que expone todos los posibles determinantes que sí pueden hacerlo:

- Las raíces de la acumulación.

A pesar de que “los valores de uso no deben nunca considerarse como el fin real del capitalista”, el sistema de reproducción expuesto hasta aquí expone que los capitalistas reciben el mismo ingreso año tras año gastando éstos hasta sus últimas consecuencias. La Reproducción Simple implica la abstracción de lo más esencial del capitalista, esto es, la ampliación de su capital, lo que le permite acrecentar su plusvalía a través de la apropiación, convirtiéndose en capital adicional. Ésta es la acumulación de capital, la cuál constituye el germen y la fuerza motriz del desarrollo capitalista. Se debe resaltar, además, que ese afán del capitalista en aumentar su capital proviene de su posición social y de la necesidad de mantenerla. Sin embargo, la característica principal del capital es su magnitud y, es ella, la que hace distinguirse a los capitalistas. Este afán de acumulación continuo provoca, a su vez, la necesidad de mejorar técnicamente los medios de producción, lo que exige, necesariamente, un mayor desembolso de capital, quedándose anticuados los anteriores.

Para Marx los capitalistas quieren, sobre todas las cosas, acumular y consumir, pero cuando hacen lo uno, puede considerarse que tienen abstinencia del otro (aunque verlo así no explica nada).

a) La Teoría de la Espera, cuyo máximo exponente es A. Marshall defiende que, los capitalistas desean consumir todo lo que poseen, pero no lo hacen porque esperan poder consumirlo en un futuro.
b) La Teoría de la Abstinencia, por su parte, deja a un lado la urgencia del capitalista por acumular riqueza. Fue presentada por N. W. Señor en 1830.

- La acumulación y el valor de la fuerza de trabajo: planteamiento del problema.

El Plan de Reproducción Ampliada (Marx), se presenta en contraste con el Plan de Reproducción Simple, muestra la interrelación de las ofertas y las demandas cuando es tomada en cuenta la acumulación, esto es, cuando los capitalistas no consumen ya totalmente la plusvalía, dividiéndose ésta en tres partes:

· La que consumen los capitalistas.
· La que se agrega al capital constante
· La que se suma al capital variable

- Los efectos de la acumulación sobre el valor de la fuerza de trabajo.

La acumulación implica, necesariamente, un aumento de la demanda de la fuerza de trabajo, lo que a su vez, también provoca un aumento en los precios. Esto podría traducirse en lo siguiente: el aumento de acumulación capitalista supone un aumento de los salarios. Sin embargo, Sweezy aclara que, la mercancía “fuerza de trabajo” no es una mercancía cualquiera[8], ya que su valor desciende una vez que entra en juego la acumulación. El problema que se deriva de aquí es cómo se establece el valor de la mercancía “fuerza de trabajo”. Una vez descartada la teoría de la población (que, entre otros, defendía Ricardo), la solución es la planteada por Marx, es la siguiente: el ejército de la reserva del trabajo. marx defendía que una tendencia acumulativa impulsaba un aumento de la demanda sobre la oferta, lo que provocaría, sin duda, un aumento de los salarios y el freno de la plusvalía. Sin embargo, los salarios se detienen y se igualan al valor de la fuerza de trabajo, y esto sucede por dos puntos clave:

· La existencia de un excedente de población relativa presiona en periodos de estancamiento y crecimiento económico medio, produciendo una bajada de los salarios. En épocas expansivas, por su parte, frena el incremento del precio situándolo por encima de su valor. Mientras esto sucede, el ejército de reserva se va reclutando entre los desplazados por la maquinaria y las innovaciones realizadas.
· La tasa de desplazamiento, por su parte, excede de la reabsorción como resultado de la nueva acumulación. No obstante, debe destacarse que podría darse una expansión del capital variable de tal forma que el ejército de reserva se viera obligado a menguar.

Se debe destacar una idea clave una vez llegado a este punto: son las crisis y las depresiones económicas las que llevan a reconstruir el ejército de reserva, para lo que o bien aumentan o bien mantienen el nivel de ganancias.

Por último debemos destacar la naturaleza del proceso capitalista, debiendo destacar, sobre todo, que los cambios en el método productivo son inherentes a su propia reproducción. Además, las innovaciones técnicas economizan trabajo y sólo por la continuidad del ejército de reserva mantienen la plusvalía.

Capítulo 6. La tendencia descendente de la tasa de ganancia.

Marx enumeró seis “causas contrarrestantes” que contrarrestan y anulan la ley general de la tasa descendente de la ganancia. Sin embargo Sweezy se limita a establecer dos principales: por un lado, habla de aquéllas medidas cuyo efecto es mantener baja la composición orgánica del capital, teniendo en cuenta el abaratamiento de los elementos de capital constante. Por otro lado, las medidas que elevan las tasas de plusvalía. Estas medidas son las siguientes:
· Puede producirse por un aumento de la intensidad de la explotación, pudiendo darse esta o bien por el aumento de la jornada de trabajo, o bien acelerando el tiempo estimado necesario para aumentar el excedente de trabajo.
· Disminuyendo los salarios por debajo de su valor real
· Si existe una sobreexplotación relativa, al no suponer esta un aumento de las nuevas industrias.
· Comercio exterior, puesto que mantiene baja la composición orgánica del capital y abarata los artículos necesarios del mismo.

- Una crítica de la ley.

Las fuerzas actuantes sobre la tasa de la ganancia pueden resumirse en una fórmula que contiene dos variables: la tasa de ganancia y la composición orgánica del capital. Una composición orgánica ascendente del capital va de la mano con la creciente productividad del trabajo. Sin embargo, el ejército de reserva del trabajo frena la correlación que se da entre la demanda de fuerza de trabajo y el aumento salarial. Además, un aumento en la productividad supone un incremento de la plusvalía. O lo que es lo mismo, si seguimos el principio de la productividad ascendente como premisa de la tasa ascendente de la plusvalía, se deduce una posible guía del capital no solo a través de la acumulación incesante, sino que se le debe añadir otra característica: la acumulación del capital no solo es incesante, también es creciente.

Por otro lado, Sweezy expone que la tasa descendente de ganancia obedece al proceso mismo de acumulación. Se debe destacar, además, que la acción del Estado en beneficio de los trabajadores y los sindicatos ejerce una influencia descendente sobre la tasa de ganancia.





VIII. LA NATURALEZA DE LAS CRISIS CAPITALISTAS

Crisis y dogmas

En un circuito de producción simple de mercancías, el consumo de éstas está en su naturaleza inmanente, lo que supone que, salvo causas de fuerza mayor, las crisis son improbables.
Pero una cosa es una sociedad de producción simple de mercancías y otra el capitalismo: rechazando la ley de Say, es de admirar que Sweezy se “cargue” evidencias con carácter dogmático: es cierto que ni es necesario comprar sólo porque se ha vendido, ni el dinero es sólo un medio de cambio, puesto que divide las transacciones. Claro, si uno vende y no compra (lo que es perfectamente posible), sobrevienen la sobreproducción y la crisis.

Capitalismo y crisis

El capitalismo no se destina al consumo, sino a la obtención de valor de cambio (por eso D-M-D´), siendo el impulso y el fin del modo de producción. De forma similar a la producción simple de mercancías, una retención conjunta del poder de compra supondrá una contracción del proceso circulatorio, implicando sobreproducción y, a continuación, un descenso en la producción: lo que distingue al capitalismo es ahora, siendo la tasa de ganancia el “motor”, toda alteración negativa o “estancadora” supone el fin del incentivo para la producción capitalista, y retirados los capitales, sobrevendría la crisis (por la sobreproducción). Además, es el descenso de la tasa de ganancia usual lo relevante, puesto que comenzarán a reducirse las operaciones capitalistas (pasando a industrias diferentes o, si es general, retirando el capital hasta tener oportunidades de reinversión, de modo que establezca una tasa de ganancia ordinaria o aceptada). Esto es, la crisis o la depresión subsiguiente forman parte del mecanismo por el cual la tasa de ganancia se restituye, al menos, al nivel previo [el momento en que se introducen de nuevo los capitales para la acumulación, pero se ha interrumpido el circuito mientras se ha retirado]. De ello podría seguirse que, si el trabajo se encuentra en un nivel peligroso y la tasa de ganancia no es adecuada, los capitalistas pueden “provocar una crisis”.
Así pues, la “crisis capitalista es una interrupción del proceso de la circulación provocada por un descenso en la tasa de ganancia más allá de su nivel ordinario”. De modo que, frente a los teóricos del ciclo económico, ni siquiera el control o la intromisión en el sistema monetario acaban con las crisis capitalistas. Éstas pueden ser de dos tipos:

-Una crisis por la tendencia de la tasa de la ganancia a descender [si no se contrarresta, ciclo crítico al canto, aunque considera que todas las mercancías se venden en precio de equilibrio]. En este caso, las causas se infieren de los movimientos de las tasas de plusvalías y la composición del capital, quedando intacto el valor (es decir, que serían las crisis más susceptibles de provocar).
-La otra razón depresiva, implícita en la teoría del valor, es que los capitalistas se hallen incapacitados para vender las mercancías en sus valores de equilibrio o superiores: son las crisis de realización (del valor), puesto que el valor ya estaría incorporado en las mercancías acabadas, pero no puede sostenerse en caso de sobreproducción, ya que insta a una bajada de los precios en las mercancías por debajo de su valor[9]. Más aún, las causas de dichas crisis se buscan entre aquéllas que crean un déficit de la demanda de mercancías para comprarlas a un precio que suponga una tasa de ganancia satisfactoria [aludiendo directamente al valor de cambio de las mercancías].



[1] Por ejemplo, puesto que es el cambio social y la sociedad la preocupación esencial de Marx, es en estos elementos donde comenzaría el “impulso de abstracción”. A través del proceso analítico-deductivo halló la clave del cambio social en los movimientos del modo de producción generados por el conflicto de clases.
[2] En términos más “simples”, podría decirse que el valor de una mercancía NO es la cantidad monetaria transferida sino la extracción del trabajo que requiere en esa relación social de cambio.
[3] Un sistema social que domina y educa al hombre hasta controlar su destino y negarle la consciencia de adquirir el poder, alienación de las relaciones sociales de explotación mediante.
[4] Ahora bien, intentar “asimilar” cuantitativamente los salarios relativos entre uno y otro es tarea fútil, puesto que las diferencias de calificación no se traducirían, matemáticamente, en diferencias salariales exactas o, mucho menos, justas.
[5] Así, podríamos cuestionar sobre el cambio de las relaciones de producción en la antigua URSS: si las relaciones sociales de explotación seguían permaneciendo en manos de productores individuales, en este caso de un solo productor estatal (al principio, después ya no tanto), sin un cambio de las relaciones cualitativas ni de la organización de la producción (porque en lo que se hace hincapié es en la redistribución), a lo más que habrían llegado sería a un capitalismo de Estado redistributivo. De aquí podríamos fácilmente comparar las diferencias con otros sistemas socialistas, por ejemplo, Yugoslavia, donde sí se reconocían modos de producción autogestionados. De igual modo, el control permanecía bajo el Estado, pero en el ámbito total del Estado no podría argumentarse que fuera un solo sistema de capitalismo estatal, sino algo mixto de verdad.
[6] Tengo una duda respecto a la plusvalía. El trabajo es lo que añade valor, correcto. Pero ¿no podría existir otra forma de compensación intercapitalista mediante el incremento de precios? Me explicaré: incrementar los precios al consumo NO modifica las relaciones cualitativas pero sí las cuantitativas. Llegado a un punto de desconexión entre salario y plusvalía, con los precios al consumo compensando los efectos inflacionarios, aumentan exponencialmente los niveles de plusvalía; puesto que ésta se define por la diferencia entre el trabajo excedente y el necesario, ¿qué ocurriría cuando ya no se paga siquiera el trabajo necesario? Esto es, la plusvalía incrementa exponencialmente sus dos variables relacionadas, trabajo necesario y trabajo excedente: no se incrementan los salarios y se deja a un nivel de infraclase, como medio de subsistencia, apelando al crecimiento y el incremento de precios. Un enlace retroalimentado de doble explotación.
[7] Para explicarlo tendríamos que ir, justamente, al abandono de la productividad como factor esencial de extracción de plusvalía, viéndose desplazado por la rapacidad inmediata a costa del trabajo y de la expropiación, casi esquizofrénica e inmediata, de plusvalía.
[8] Lit. Tenemos que tomar como punto de partida la idea de que la “acumulación implica un aumento en la demandad de fuerza de trabajo”: asimismo, cuando aumenta la demandad de una mercancía cualquiera, su precio sube, lo que conlleva una desviación el precio respecto al valor. Sin embargo, la fuerza de trabajo no es una mercancía ordinaria.
[9] Si se combina la crisis cíclica relacionada con la tendencia descendente de la tasa de ganancia, junto a crisis de realización parciales (o totales), la reestructuración de la tasa de ganancia sería total, de base (?).

jueves, 13 de diciembre de 2007

Música y realidad social

LETRA DE LA CANCION IRON MAIDEN - NO MORE LIES (DEATH ON THE ROAD)

There's a darkening sky before me.
There's no time to prepare.
Salvage a lost horizon
But no regrets from me.
Maybe i'll be back some other day.
To live again, just who can say.
In what shape or form that i might be.
Just another chance for me.
A hurried time, no disgrace,
instead of racing to conclusion,
wishing all my life away,
no-one can stop me now.
Time is up,
it couldn't last,
but there's more things i'd like to do,
i'm coming back,
to try again,
some day maybe i'll wait till then...

No More Lies x 8

They're all sitting at my table.
Talking tall and drinking wine.
Their time is up just like me
But they just don't know it yet.
So just a word of warning
When you're in your deepest dreams.
There's nothing you can hide from.
I've got my eye on you.
The clock is fast.
The hour is near.
Eventful past is everclear.
My mind is set.
The time is here.
I think i'm coming home...

No More Lies x 8
-solo-

A hurried time,
no disgrace,
instead of racing to conclusion,
wishing all your life away,
no-one can stop me now.
Time is up,
it couldn't last,
but there's more things i have to do,
i'm coming back,
to try again,
don't tell me that this is the end...

No More Lies x 10

Traducción

Hay un cielo obscurecido detrás de mi
No hay tiempo para prepararse.
Un viejo horizonte salvaje
Pero ningunos pesares de mí.
Volveré quizás otro día
Para vivir otra vez podria decir
De que manera o forma puede que lo haga
Apenas es otra oportunidad para mí.
Un tiempo apresurado,
ninguna deshonra,
en vez de competir con una conclusión.
Y deseando tener toda mi vida lejos,
nadie puede ahora pararme.
El tiempo termino,
no dura mas,
pero hay mas cosas que quisiera hacer.
Ya regresaré
para intentarlo otra vez,
esperaré,
hasta que el día llegue.

No mas mentiras x8

Están todos sentados en mi mesa,
hablando fuerte y bebiendo vino.
El tiempo se les acabo como a mi,
pero ellos no lo saben todavía.
Una sola palabra de advertencia:
Cuando estas en tu sueño mas profundo,
no hay nadas que puedas ocultar,
y yo tengo mi ojo en ti.
El reloj es rápido,
la hora está cerca,
el agitado pasado es borrado,
mi vida se detiene,
el tiempo está aqui,
pienso que estoy volviendo a casa...

No mas mentiras x8

Un tiempo apresurado,
ninguna deshonra,
en vez de competir con una conclusión.
Y deseando tener
toda mi vida lejos,
nadie puede ahora pararme.
El tiempo termino,
no dura mas,
pero hay mas cosas que quisiera hacer.
Ya regresaré
para intentarlo otra vez,
esperaré hasta que el día llegue.

No mas mentiras x10

Significado personal: creo que la canción es un alegato a la libertad y a la voluntad, al deseo (y la condición) humana de aprender, disfrutar y no retroceder jamás, así como los peligros que conlleva la sujeción a ciertos hábitos (y habitus) rutinarios, de cara a esa autonomía.
En nuestro ámbito, habla de cómo el tiempo esquizofrénico (¿acelerado a raíz del capitalismo, algo que va de suyo con dicho sistema de producción?) pareciera adueñarse de las personas, cuando fueron éstas las que crearon el tiempo, no al revés.

En un sentido personal "puro", esta canción me vino a la mente en una de las manifestaciones contra Bolonia. Pensando en un himno común, que expresara movimiento, represión, reacción, vuelta a la lucha, toma de consciencia, etc., apareció esta canción heavy para iluminarme.
El principio, pausado, hace alusión a un tiempo actual, casi de reflexión, como si de repente todo hubiese estallado en mil pedazos, para pasar a continuación al relato de esa historia. En mi cabeza resuena el poder, su configuración histórica, especialmente la historia reciente del sistema-mundo moderno: sus inicios, los gritos de la opresión ("no more lies"), de nuevo la reacción y la guerra, una vez más la advertencia global...
El sólo alterna tristezas y alegrías: un movimiento revolucionario en falso y una represión masiva...justo antes de comenzar la última estrofa, la melodía cambia: es la toma de consciencia de la periferia y semiperiferia revolucionarias contra el centro de la economía-mundo capitalista. La toma de consciencia de la opresión contra la dominación-explotación, la organización anti-sistema-mundo y, finalmente, el intento de eliminarlo: ¿intento? Sí, intento. Pese a hacerme un "mundo nuevo" utópico a raíz de la canción, no pensé (quizás por el espíritu crítico alimentado en estos años) que viniera un Paraíso a acabar con los males de la Humanidad: eso es, la historia de la opresión y la destrucción, contada desde algo distinto, ni mejor ni peor, sólo nuevo...y, eso sí, relatada por un superviviente del sistema dominante...contra-poder del sistema mundial.

sábado, 8 de diciembre de 2007

Potencias emergentes y hegemonía

La prensa se hace eco en fechas recientes de las consecuencias del cambio de ciclo económico (El País del jueves, 6 de diciembre; Público de la misma fecha; EL MUNDO, de 7 de diciembre de 2007). A nivel macro se produce una caída del crecimiento en los procesos de centro, una recesión de las que Samir Amin denomina "tríadas económicas": Japón, la zona euro y EEUU se desaceleran, pasando de un 1,9 % PIB al 1,6, del 2,6 al 1,9 y del 2,2 al 2% PIB en cuanto a crecimiento, respectivamente. Enfrente, China, Rusia e India prosiguen un ritmo de crecimiento rápido que, aunque se desacelerará, no bajará en el caso de China del 10.7%. El descenso más acusado se observa en la zona euro, y la sobre-explotación que se generará con la entrada de un ejército de reserva del Este permitirá una recuperación efímera: pan para hoy y hambre para mañana. Ni EEUU, ni la UE, ni mucho menos Japón, pueden parar la progresión de los otros tres Estados "aspirantes" a centro del sistema. En el caso de Rusia, relanzado por la legitimación de las últimas elecciones, Putin parece dispuesto a disparar la innovación tecnológica (especialmente en materia militar) y a negociar con otros "ejes del mal", entrando en una dinámica peligrosa de conflagración internacional: Irán, India, el Ártico...
Sin embargo, antes de emprender "viajes conflictivos", tendrá que consolidarse otra vez como una máquina de productividad: actualmente depende más de una oligarquía rapaz que de una economía de crecimiento (ni siquiera de autarquía).
En el sudeste asiático, India "aparece" impulsada por sus ventajas tecnológicas de última generación, lastrada por las desigualdades y asimetrías poblacionales y regionales del país. ¿Y China? Lleva décadas llamando la atención por su condición de "fábrica del mundo", pero ahora, además, reúne dos condiciones esenciales para optar a potencia hegemónica: por un lado, la expansión militar es impresionante (no voy a entrar en detalles de armamento, para eso está Verstrynge), con un desarrollo de tecnologías asimétricas respecto a la mayoría de los Estados (a excepción, hoy por hoy, de EEUU). Por otro, la cuestión que creo debiera considerarse fundamental: además de ser potencia militar, financiera y económica, lo que le "falta" (ya lo es) es ser comercial. Amparados en la sobre-explotación y el dumping comercial y social que fomenta China, las potencias de centro se resisten (sin éxito) a ser arrasadas por el dragón asiático: la relación hipócrita con las potencias occidentales (como si no existiera el dumping social aquí) puede verse subvertida con la nueva ley laboral china. Si se lleva a cabo "medianamente", las relaciones sociales de producción estarán "reguladas" por un salario que obedecerá simplemente, en principio, al ámbito regional, no a una esclavitud desmesurada. Y ahí sí que ni la UE ni USA, ni Japón...ni nadie podría argumentar que su mayor productividad se justifica por la esclavitud, sino por unos recursos humanos impresionantes (además de, obviamente, porque el capitalismo "autoritario" [creo que todo el capitalismo lo es] de partido es más eficiente). Reconocidos "sus" derechos, la productividad puede, a corto plazo, menguar algo...pero estamos hablando de niveles del ¡11% PIB anual! ¿Quién va a parar eso? En fin, las decadencias económicas del centro hegemónico se han sustentado en el imperialismo y/o en las guerras regional-mundiales...¿hacia dónde mirar esta vez? Corea del Norte está demasiado cerca de China [y, si se mosquean, pueden entrar por Kamchatka]...¿Irán? ¿Pakistán? ¿O será, una vez más y van unas cuantas, centro-europa el eje del conflicto? [de momento, Kosovo no pinta muy bien y hay unos cuantos intereses geoestratégicos...]

domingo, 2 de diciembre de 2007

Inflación y plusvalía

Los precios crecen a un ritmo insostenible en los últimos meses, quizás como respuesta a la duración excesiva del ciclo recesivo en las ondas largas de tipo Kondratieff. La precarización salarial es creciente, alcanzando cotas importantes de Ejército de reserva del trabajo, con el agravante que supone la "flexibilidad" (=adaptación a la esquizofrenia pragmática del capital=esclavitud retroalimentada), esto es, la pérdida del "itinerario vital". La necesidad de extracción de plusvalía continua triunfante en la estela "global" del capital, pero está llegando a un punto de "no retorno": la historia nos enseña que la economía-mundo capitalista se ha ido adaptando a sus continuas fases depresivas, sentando las bases para una nueva fase expansiva. ¿Problema? Que la extracción de la plusvalía, en lugar de producirse por un aumento de la productividad (que incluiría también el trabajo), se ha producido a expensas del capital financiero improductivo y desclasando a sectores masivos de la fuerza de trabajo. La crisis continúa (se agravará) y, evidentemente, el beneficio tiene que mantenerse a costa del trabajo. Si continúa y/o se agrava la crisis recesiva, es de suponer que el ejército de reserva del trabajo aumentará de forma considerable, de tal que la demanda de trabajo establecerá los salarios de modo que la plusvalía se mantenga: ¿problema? Que esos salarios/condiciones de empleo/precarización ya se han alcanzado, y es complicado (bueno, podemos volver al siglo XIX, quién sabe) que aún se rebajen más. Así, la plusvalía a costa de la fuerza de trabajo se mantendrá, pero la recesión la tendría que rebajar: fuerza de trabajo en condiciones de lumpenproletariado, recesión económica visible, capital improductivo al frente...los precios están conectados en el circuito del sistema-mundo (así que el incremento sobre unos tendría su reflejo directo sobre otros), pero la "subida visible" se está experimentando en productos de primera necesidad (el pan, los huevos, la leche a precio de ¡gasolina!...). Hay dos opciones: o bien la situación continúa, y allá penas (cuidado porque la extracción de la plusvalía alcanza niveles insostenibles para el bienestar y el incremento de precios ataca la pervivencia directa), o el capital se racionaliza para retornar a un modelo de "crecimiento productivo". ¿No hay tras el incremento de los precios de primera necesidad, aunado al nivel de extracción de plusvalía "de ejército de reserva", un experimento de pervivencia a costa, todo, de la fuerza de trabajo? (bueno, no es por dar ideas, pero sostener ambos extremos de la cuerda desde la misma posición es un poco complicado). Es decir, que ya para mantenerse no es suficiente con la extracción centro-periferia, sino que el centro tiene que ejercer el intercambio desigual, también, sobre sí para mantener la economía-mundo capitalista. Y todo ello con un crecimiento importante de la privación relativa...un poco preocupante, ¿no?